Historia de los materiales dentales para
restauración
Se cree que la
Odontología como especialidad tuvo su origen aproximadamente en el año 3000
A.C. Después del 2500 A.C., los fenicios utilizaban bandas y alambres de oro.
Alrededor del año 700 A.C., los etruscos tallaban marfil o hueso para construir
prótesis parciales que se ajustaban a los dientes por medio de bandas o
alambres de oro (Phillips 2004).
Algunos
dientes hallados en momias egipcias eran dientes humanos trasplantados o bien
tallados en marfil. La prueba documental
más antigua sobre materiales de implantes dentales se atribuye a los etruscos y
data del año 700 A.C. Alrededor del 600 A.C. los mayas utilizaron implantes
hechos de segmentos de conchas marinas colocados en los alvéolos dentarios
anteriores. Los Mayas y posteriormente los Aztecas empleaban incrustaciones de
oro repujado, de piedra o minerales con fines estéticos o como ornamento
tradicional (Phillips 2004).
Desde
la antigüedad hasta el siglo XVIII las cavidades dentales han sido restituidas
o reemplazadas por diversos materiales, entre estos trozos de piedra, marfil,
dientes humanos, resinas de trementina, corcho, goma, tela y láminas de metal.
Fauchard (1678-1761), el padre de la Odontología moderna, empleaba láminas de
estaño o cilindros de plomo para rellenar las cavidades dentales. Los pacientes
adinerados preferían los dientes hechos de ágata, madreperla, plata u oro. La
Odontología moderna comenzó en 1728, cuando Fauchard publicó un tratado sobre
los distintos tipos de restauraciones dentales, que incluía un método para la
construcción de prótesis hechas de marfil (Phillips
2004).
En
1853 se introdujo en Estados Unidos e Inglaterra el oro esponjoso en
sustitución de las láminas de oro. En 1855, Arturo propuso el uso del oro
cohesivo. En 1897, Philbrook describió el uso de obturaciones metálicas a
partir de cera de la cavidad dental.
En
1816, Taveau desarrolló en Francia lo que probablemente sea la primera amalgama
dental, utilizando monedas de plata mezcladas con mercurio. En 1833, los
hermanos Crawcour, que emigraron de Francia a Estados Unidos, introdujeron las
obturaciones de amalgama de Taveau. Sin embargo, los alumnos de la universidad
de Odontología de Baltimore optaron por no utilizar amalgamas en las prácticas.
Muchos dentistas criticaron la baja calidad de las primeras restauraciones de
amalgama, lo cual dio lugar a la “guerra de la amalgama”, entre 1840 y 1850.
Las investigaciones llevadas a cabo entre 1860 y 1890 sobre la fabricación de
la amalgama mejoraron notablemente sus propiedades de manipulación y de
aplicación clínica.
En 1895, Black
propuso realizar preparaciones cavitarias estandarizadas, así como procesos
manufacturados con el fin de crear productos para amalgamas dentales. En 1746,
Mouton desarrolló las coronas de oro, sin embargo, fueron patentadas por Beers
en 1873. En 1885, Logan patentó la porcelana adherida a un perno de platino en
sustitución de los de madera, y en 1907 se introdujo la corona separada del
perno, cuyo ajuste era mucho más sencillo.
En
1756, Pfaff desarrolló un método para la toma de impresiones orales con cera, a
partir de las cuales fabricaba un modelo de yeso de París. En 1774, Duchateau,
farmacéutico francés y de Chemant, dentista, diseñaron el proceso de creación
de prótesis de porcelana dura. A
principios del siglo XIX se introdujeron las incrustaciones de porcelana. A
mediados del siglo XX la adhesión de la porcelana a los metales se convirtió en
coronas de metal cerámica (Phillips 2004).
En 1839, Charles Goodyear
inventó la goma vulcanizada de bajo coste, que permitía moldear las prótesis de
manera precisa y ajustarlas a la boca. Desde 1839, la calidad de las bases de
las prótesis ha mejorado gracias al uso de resinas acrílicas y de metales para
colados. (Phillips 2004).
Antes del
siglo XX, debido a la falta de electricidad y de tecnología, las obturaciones
eran de baja calidad y no ajustaban bien dentro del diente. Sin embargo, en
1907 Taggert desarrolló un método más refinado para la creación de incrustaciones coladas. Hasta
la década de 1900 no se produjeron grandes mejoras en la construcción de
prótesis parciales fijas (Phillips 2004).
El
uso de fluoruro para prevenir la desmineralización dental tuvo su origen en
1915. En diversas zonas de Colorado se llevaron a cabo estudios sobre la baja
tasa de caries en la población, cuyo suministro de agua contenía notables
concentraciones de fluoruro. En 1994 comenzó la fluorización controlada del
agua (1ppm) para reducir la incidencia de caries dental (desmineralización).
Desde entonces, la incidencia de caries en niños que habían tenido acceso al
agua fluorada disminuyó un 50%. La incidencia de caries se ha reducido aún más gracias al uso
de selladores de fosas y fisuras, de
barnices que liberan fluoruro y de materiales de restauración (Phillips
2004).
Escelente articulo, aunque creo que si se colocara imagenes seria mas nutritivo respecto al punto de vista y persuación del post saludos :D Dental Cancun
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