La cavidad bucal es un medio favorable para el
desarrollo de flora bacteriana, debido a su temperatura, humedad, nutrientes y
el contacto con diversos agentes o sustancias externas. La flora bucal es
variada y se modifica en cantidad y calidad, ya que no es igual en todos los
seres humanos, ni es la misma en cada persona en todos los sitios de su boca,
ni en todos los momentos de su vida.
Por ello no es igual la placa supra gingival que la subgingival, como también es factible que una persona que no ha tenido caries por mucho tiempo, al darse una modificación en el medio (voluntaria o involuntaria), puede aumentar o disminuir su propensión a la caries. Por ejemplo, en personas medicadas con ciertos antihipertensivos que producen xerostomía, puede verse favorecido el desarrollo de la enfermedad (Lanata Edurado: Operatoria dental, estética y adhesión 2003).
Por ello no es igual la placa supra gingival que la subgingival, como también es factible que una persona que no ha tenido caries por mucho tiempo, al darse una modificación en el medio (voluntaria o involuntaria), puede aumentar o disminuir su propensión a la caries. Por ejemplo, en personas medicadas con ciertos antihipertensivos que producen xerostomía, puede verse favorecido el desarrollo de la enfermedad (Lanata Edurado: Operatoria dental, estética y adhesión 2003).
Al principio, la biopelícula está formada por cocos gram- positivos, pero
luego se desarrolla una compleja población de cocos, bacilos y filamentos gram-
positivos. Las condiciones acidogénicas creadas por los colonizadores primarios
facilitan el desarrollo de diferentes microorganismos, como Veionella y
Lactobacilos, que prefieren un medio ácido para su desarrollo (Lanata Edurado: Operatoria dental, estética y adhesión 2003). La flora bucal presenta diferentes tipos
de bacterias con actividad acidogénica, estos microorganismos principalmente
son: s. alfa-hemolíticos, s.
salivarius, s. mitis, s. sanguis, s. milier, actinomices y algunos
bacterionemas. También existen otras formas correspondientes a estafilococos y
filamentos, pero estos no poseen actividad acidogénica, su función es formar la
trama inicial de la película para que a través de sus productos extracelulares
se aumente la adhesión de la película a las superficies dentarias (Lanata Eduardo: Operatoria dental,
estética y adhesión 2003).
Los lactobacilos se consideran invasores secundarios. Son
grandes productores de ácido láctico y se encuentran entre las bacterias más
acidófilas, capaces de producir ácidos en un pH muy bajo. Tienen poca afinidad
por las superficies dentarias y por ello no se relacionan con el inicio de la
caries en esmalte, sin embargo, son los primeros implicados en el avance de caries de dentina (Barrancos Mooney, Barrancos: Operatoria
Dental 2006). Tras la cavitación del esmalte, aumenta la proporción de
lactobailos (Mount y Hume: Conservación
de la estructura dental 1999). Actúan como invasores secundarios que
aprovechan las condiciones acidas y la retentividad existente en la lesión
cariosa. Dependen de la acción previa de los s. del tipo mutans. La detección
de una alta concentración de lactobacilos en saliva (>100.000/ml) es un excelente
indicador del riesgo de progresión de caries iniciales existentes. La especie
L. casei y algunos actinomyces tienen la
capacidad de fermentar el sorbitol y el manitol. La restricción rigurosa del
consumo de hidratos de carbono en general disminuye considerablemente la
actividad cariosa y el número de lactobacilos presentes en saliva (Barrancos Mooney, Barrancos: Operatoria
Dental 2006).
Los actinomyces son predominantes en la biopelícula, en la caries de
dentina de raíz y en el cálculo. La cariogenicidad de estos microorganismos
radica en que pueden formar ácido butírico y ácido propinoico, producen polisacáridos a partir
de la sacarosa y que poseen fimbrias que les permite adherirse y agregarse con otras especies de
microorganismos (grupos de s. mutans y grupos de s. oralis) (Barrancos Mooney, Barrancos: Operatoria Dental 2006).
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