lunes, 29 de abril de 2019

EMPLEO CLINICA DE LAS RESINAS DENTALES


Empleo clínico de las resinas.
Consideraciones clínicas. Polimerización (Lanata 2003)


Las resinas compuestas poseen dos características que condicionan su empleo clínico: son hidrofobicas y se contraen al endurecer a través de un mecanismo de polimerización. La hidrofobicidad es contrarrestada por la preparación adhesiva del sustrato dentario. La contracción de  polimerización y sus consecuencias se consideran a continuación.
Las resinas son materiales de base orgánica donde su mecanismo de endurecimiento se da por una reacción química de polimerización vinilica, donde los monómeros disminuyen su distancia entre sí, acercándose las moléculas y aumentando la densidad de la masa resultante polimerizada, con la consecuente disminución del volumen que ocupa en el espacio. Durante el proceso de polimerización, la resina compuesta atraviesa 3 fases:

Fase pregel: Inicio de la polimerización. En esta fase la matriz resinosa se encuentra en estado viscoplastico, por lo que la resina puede fluir incluos por su propio peso. Los monómeros de la matriz pueden moverse o adoptar nuevas posiciones dentro de ella.
Image result for RESINAS DENTALESPuntogel: la reacción de polimerización ha avanzado lo suficiente para formar más macromoléculas que logran transformar el material en un sólido. No es posible el movimiento o difusión de moléculas dentro de la matriz orgánica.
Fase posgel: el material ha alcanzado un nivel de rigidez elevado. No obstante, como la polimerización sigue avanzando, el material continúa contrayéndose. En esta fase se produce el estrés de contracción.
Mientras mayor sea el peso molecular de los monómeros de la matriz de la resina, menor será su contracción de polimerización. Mientras que los materiales de bajo contenido de refuerzo cerámico (resinas fluidas por ejm), al poseer mayor proporción de matriz orgánica  se contraen en mayor grado, lo inverso ocurre con aquellos de alto contenido mineral (resinas compuestas).
La contracción volumétrica (aquella que se produce sin adhesión al sustrato y se dirige al centro de su masa) depende solo del material, la tensión de contracción se relaciona con el material adherido a una preparación dentaria (estrés de contracción).
En la fase pregel la contracción volumétrica puede compensarse por la posibilidad que tienen los monómeros de fluir desde las superficies libres (no adheridas) hacia las superficies adheridas. Debido a esta compensación, en la fase pregel no se genera tensión en la interfaz. En la fase pregel la compensación de la contracción no es posible, por lo que el estrés comenzara a producirse en la interfaz.  En la fase posgel, si la tensión de contracción supera la resistencia adhesiva resina-diente aparecerá una solución de continuidad en la interfaz.
Por ello, las técnicas adhesivas apuntan a lograr suficiente resistencia en la unión resina-tejidos dentarios y contrarrestar la tensión de contracción en la interfaz adhesiva.
Al desencadenarse la contracción, otros factores la favorecen, a saber:

1) Preparación (factor de configuración y volumen de la preparación).
2) Técnica de restauración (estratificación, fotoactivacion)
3) Material restaurador (modulo de elasticidad y contracción volumétrica).

El factor de configuración (factor c) se relaciona con el diseño de la preparación. A mayor cantidad de superficies libres (no adheridas) en una preparación, mayor será la capacidad de fluir del material en la fase pregel. El factor c se define como el cociente entre las superficies adheridas (paredes dentarias-resina) y las no adheridas o libres. Ejm: Clase I: 5/1=5. La clase uno es la más desfavorable desde el punto de vista de generación de tensiones de contracción. La situación opuesta es la clase IV, ya que en esta la superficie adherida es muy pequeña (borde incisal) en relación con la superficie libre, y no existen paredes dentarias opuestas que puedan obstaculizar el flujo de monómeros dentro de la matriz de la resina en la fase pregel.
A > volumen de la preparación mayor será la contracción absoluta y la tensión en consecuencia será más elevada.
La técnica de restauración con resinas compuestas debe ser estratificada, en pequeñas capas (no superiores a 2 mm. Debido a la alta fluidez y corrimiento excesivo de las resinas fluidas, estos materiales deben aplicarse en estratos de aproximadamente de 1mm.
Cada incremento de resina representa un valor de factor c y un volumen cavitario mucho menor que el representado por la totalidad de la preparación.
Clínicamente, al colocar los incrementos iniciales de resina compuesta (los que están en contacto con los tejidos tratados con tecnología adhesiva), debe permitírsele al material que se adapte a las paredes cavitarias, maximizando su capacidad de fluir por su propio peso aprovechándose al máximo su tixotropía. Esto propendrá a minimizar la liberación de tensiones una vez endurecido el material, evitando su consecuente distorsión.
Fotoactivacion (fotopolimerizacion): Cada incremento de resina debe ser polimerizado convenientemente aportándole la cantidad suficiente de energía capaz de activar los iniciadores presentes en la composición de los materiales de base orgánica. La velocidad de conversión de monómero a polímero puede tener diferentes velocidades (cinética de polimerización), así como también la tasa de conversión de monómero a polímero (%). El fabricante apunta a lograr una situación de equilibrio entre la tasa de conversión (la mayor posible en un lapso corto) y el poder contar con un tiempo de trabajo (modelado de la resina) adecuado.
Los primeros incrementos polimerizados adecuadamente garantizan un sellado apropiado de la restauración. Resulta beneficioso comenzar la activación lumínica a través de las paredes dentarias (polimerización transdentaria) de modo de poder asegurar la polimerización inicial de la resina a nivel de la interfaz. De este modo, la radiación es absorbida parcialmente por los tejidos duros del diente y llega a la zona del material con menor energía. Esto apunta a PROLONGAR LA FASE PREGEL  de la resina, disminuyendo la tensión de contracción. También puede lograrse variando la distancia o los tiempos de activación, o utilizando dispositivos de curado progresivo o de polimerización de comienzo suave.
Debe asegurarse la polimerización total de la restauración cumpliendo con los tiempos mínimos exigidos por el fabricante (alrededor de 40 seg con lámparas de potencia mínima de 400 mW/cm2). Las unidades deben controlarse periódicamente con un radiómetro.

La intensidad lumínica también depende de la distancia entre la punta de la salida de la fibra óptica y la superficie de la resina. Alejando dicha punta 10mm desde la superficie del material, se logra reducir la intensidad de la luz en aproximadamente  50%. Es decir, que un dispositivo convencional manejado adecuadamente puede utilizarse como una unidad de intensidad progresiva.

La exposición ocular prolongada a la luz visible de 470nm de longitud de onda puede causar daños irreversibles en la retina, por consiguiente debe emplearse una pantalla protectora. La forma más segura de saber si el sistema protector está funcionando adecuadamente es colocar una pequeña cantidad de material a fotopolimerizar en una superficie e interponer entre esta y el emisor de luz nuestro sistema protector; si la el material no ha endurecido al cabo del tiempo destinado para ello indica que el protector funciona adecuadamente, en caso contrario debemos sustituir este sistema por uno que brinde protección adecuada.

Modulo de elasticidad y contracción volumétrica: el modulo de elasticidad puede leerse como rigidez. Las resinas de alto contenido de relleno generan menor contracción pero son más rígidos. Esta rigidez produce mayor estrés en la interfaz adhesiva ya que no pueden disipar las tensiones que se generan como consecuencia de la polimerización.
La relajación de tensiones no debe producirse a expensas de la desadaptación marginal, ni de la deformación o fractura del remanente, sino a través del material propiamente dicho. Idealmente, debería desarrollarse una resina que no experimente contracción. Es importante que el clínico, a través del conocimiento del funcionamiento de las resinas, logre disipar las tensiones de contracción con técnicas adecuadas de preparación cavitaria y procedimientos de inserción y curado de resinas apropiados, orientados a PROLONGAR LA FASE PREGEL.
Adhesión a los tejidos dentarios

A través de la adhesión se logra una integridad estructural diente-resina, de manera que las fuerzas que reciben ambas estructuras sean absorbidas conjuntamente. Para ello es necesario preparar la superficie de la estructura dentaria para que las moléculas del adhesivo (líquido orgánico) penetren en algunas zonas de ella y al polimerizar generen adhesión mecánica microscópica (adhesión micro mecánica). Al colocar resina sobre dicho adhesivo, las moléculas que la constituyen se unen a la capa adherida y se alcanza el objetivo buscado.

Adhesión a esmalte: el esmalte dentario está compuesto por cristales de hidroxiapatita de naturaleza iónica (iones de fosfato y calcio) junto con grupos hidroxilo (OH-), y es insoluble en agua. Las uniones iónicas denotan una energía superficial elevada, situación favorable desde el punto de vista adhesivo. Posee poca cantidad de agua en su composición comparado con la dentina.
La película orgánica no está presente en preparaciones donde se requiera el uso de instrumental cortante, pero para colocar sellantes o cementar brackets, su presencia obliga a su remoción a través de la profilaxis con pastas abrasivas. La eliminación de los contaminantes puede realizarse con acido fosfórico entre 32 y 40%. Los hidrogeniones del acido son capaces de disolver la hidroxiapatita y dejar expuesto esmalte limpio de alta energía superficial como para atraer un liquido orgánico representado, por ejemplo, por un sellador de f y f o un adhesivo para resinas. Se realiza durante 15 seg en dientes permanentes y 30 en dientes primarios, debido a la presencia de la capa aprismática.
El acido actúa extrayendo el calcio de la hidroxiapatita que pasa a formar parte de la solución. Cuando esta en cierta cantidad se forman fosfatos insolubes que al precipitar sobre la superficie del esmalte limitan la acción del acido. Esto se conoce como efecto autolimitante. Si por alguna razón el acido permaneciera un tiempo mayor sobre la superficie adamantina, no se generaría ningún problema ya que pasado 1 min de la aplicación la solución estará totalmente neutralizada.
Transcurrido el tiempo de aplicación debe lavarse el esmalte profusamente para eliminar las sales precipitadas de la superficie. En caso contrario se fracasa en el logro de la adhesión entre resina y esmalte.
En caso de colocación de sellantes convencionales, donde no se interponga un adhesivo se debe secar la superficie por completo ya que la base de los sellantes es hidrofobica. Este secado debe ser libre de agua, aceite y cualquier contaminante. El uso de líquidos azeotropos del agua (solventes orgánicos como alcohol, acetona, etc) da por resultado la volatilización de ambos componentes (solvente y agua).

La superficie grabada no solo está limpia, sino que también se crean en ella irregularidades en las cuales se podrá adherir micromecanicamente la resina. Cada irregularidad se corresponde con un prisma adamantino, por lo que al grabar se obtiene una enorme cantidad de lugares retentivos microscópicamente, aumentando el área de contacto y así su energía superficial. Clínicamente, el esmalte grabado se aprecia blanco mate, perdiendo su brillo característico. En dientes con fluorosis (esmalte veteado) esto no se pude apreciar. En dentina, el grabado acido debe limitarse a 10 -15 seg (algunos autores aconsejan 5 a 10 seg).

Existen también adhesivos de autograbado, que incorporan monómeros ácidos en su composición, capaces de generar un grabado del esmalte cuando se aplican (sistemas autoacondicionantes). Se aplican directamente sobre el esmalte previa profilaxis, reduciendo el tiempo clínico significativamente. Una línea de estos productos realiza el acondicionamiento, la impregnación y la adhesión en un solo paso, otra realiza el acondicionamiento y la impregnación en un paso, para luego realizar la adhesión.

Adhesión a la dentina: La dentina es un tejido más complejo como sustrato adhesivo. Está compuesta por 75% de materia inorgánica (hidroxiapatita de cristales más pequeños y distinta distribución), 20% de materia o trama orgánica (fibras colágenas)  y 5% de agua. Los túbulos dentinarios que alojan las prolongaciones odontoblasticas conectan la dentina con la pulpa. La dentina es un tejido dinámico sometido a cambios constantes en función del tiempo y estimulos muy diversos. La dentina peritubular es más mineralizada que la intertubular, donde predominan las fibras colágenas. El diámetro de los túbulos y la proporción del componente orgánico aumenta desde el LAD hacia la pulpa, con el consecuente aumento de su permeabilidad y de posibilidad de injuria pulpar.

La dentina blanca-amarillenta es más permeable que la marrón (esclerótica). Contrariamente, desde el punto de vista adhesivo, la situación de mayor calcificación será la más desfavorable.
Al realizar preparaciones cavitarias en dentina, se forma el barro dentinario, que enmascara superficialmente la dentina subyacente y se compone de detritos del tejido dentario y otros componentes (ejm: microorganismos). Esta capa debe tratarse para favorecer la adhesión.

Nakabayashi en 1982, propuso que para generar la adhesión resina-dentina, debía crearse una capa hibrida en su interfaz. Esta se define como la zona de interdifusion de componentes resinosos (monómeros orgánicos hidrofilicos con posibilidad de polimerizar) entre las fibras colágenas de la dentina parcialmente desmineralizada, generando una unión de naturaleza micromecanica. Para que se cree la capa hibrida, es necesario tratar el barro dentinario (modificándolo o permeabilizándolo)  con acido. En este sustrato húmedo tratado (dentina) se puede adherir la resina mediante la infiltración o impregnación de monómeros hidrofobicos que copolimericen (se unan) a los hidrofilicos mencionados y a los similares (hidrofobicos) que componen la matriz orgánica de las resinas.

Por lo expuesto, para generar adhesión resina-dentina se requiere de un acido (acondicionador), monómeros hidrofilicos (imprimador a primer) que van a impregnar la dentina acondicionada creando los “resin tags” o prolongaciones de resina dentro de los túbulos dentinarios y monómeros hidrofobicos (adhesivo) capaces de adherirse a la resina mediante la interacción mencionada. La adhesión persigue 3 objetivos básicos: acondicionar, impregnar y adherir.
Image result for RESINAS DENTALESLos productos basados en primers autoacondicionantes contienen ácidos débiles que desmineralizan parcialmente el barro dentinario y la dentina subyacente, exponiendo la red de fibras colágenas para favorecer su infiltración con monómeros hidrofilicos. La desmineralización se ve limitada por la acción buffer de los iones liberados por los minerales disueltos. En estos casos, el barro dentinario se encuentra integrado y formando parte de la capa hibrida.
La otra alternativa consiste en emplear ácidos mas fuertes (acido fosfórico) en forma independiente para eliminar el barro dentinario y desmineralizar la dentina subsuperficial. El acido y el barro dentinario remanente se eliminan mediante el lavado con agua y aire a presión, dejando una dentina desmineralizada en superficie y con la red colagena expuesta. Luego de acondicionada, la dentina se impregna  con monómeros hidrofilicos que logren infiltrar la matriz de colágeno e introducirse en los conductillos (resin tags), y por último, poder generar adhesión de la resina a través de los monómeros hidrofobicos.
En estos casos, mientras la superficie dentinaria conserve cierto grado de humedad, las fibras colagenas se encontraran separadas, favoreciendo la impregnación. Si se realizase un secado excesivo, las fibras colagenas colapsan impidiéndose la infiltración. Si se produce exceso de secado, debe rehidratarse la superficie con agua como paso previo a la aplicación del primer.

La aplicación de acido fosfórico en dentina no debe superar los 15 seg. Si bien es cierto que el acido no es capaz de producir una desmineralización en profundidad si se aplica durante un tiempo mayor, parte de la dentina acondicionada no se impregnaría con resina.

Mientras más espesor posee la red de fibras colagenas expuestas, mayor será la dificultad del sistema adhesivo para infiltrarlas totalmente hasta límites cercanos a la dentina intertubular que no ha sido atacada por el acido. Asi mismo, si el tiempo de contacto de la dentina con el acido aumenta, se incrementa la salida de agua de dicho tejido a través de los túbulos dentinarios, y provoca una sobrehidratacion de la superficie con la posible falla adhesiva.
Son necesarios en los sistemas adhesivos, agentes químicos iniciadores que sean sensibilizados por la energía lumínica de las unidades de activación física.
El solvente representa el vehículo que requieren los monómeros hidrofilicos para poder infiltrar la dentina húmeda. Se encuentra presente en el primer y se elimina mediante la aplicación de aire (evaporación), una vez que el primer infiltra  la matriz colagena. Estos solventes se encuentran en los sistemas mono y multienvase, pudiendo ser acetona, alcohol, agua o la combinación acetona-agua o alcohol-agua.

La acetona es un solvente azeotropo (secante) y no tienen la capacidad de rehumectar una superficie dentinaria seca, por ende no interactúan sobre la dentina seca. No obstante, son aptos para actuar sobre superficies húmedas, donde la red de fibras colagenas se halla expandida, razón por la cual la acetona puede infiltrarla fácilmente ya que permite ir en búsqueda de agua subyacente y brindar una difusión adecuada de monómeros hidrofilicos.

El agua tiene características opuestas respecto a la acetona, ya que puede rehumidificar los intersticios entre las fibras colagenas, pudiendo expandir la red colapsada de colágeno. Por ello pueden utilizarse sobre dentina seca. Contrariamente, si se aplican sobre dentina húmeda el fracaso de la unión resina-dentina es altamente probable. Su posibilidad de volatilización es significativamente inferior con respecto a la acetona. Es más difícil de remover durante el secado con aire, por lo que el sustrato dentinario podrá verse sometido a un proceso de sobrehidratacion, con todos los problemas que esto acarrea.

Las propiedades del alcohol como solvente orgánico, se encuentran entre las descritas en la acetona y el agua. En superficies secas se requiere un tiempo de contacto del primer mayor (o del sistema adhesivo de monoenvase) sobre dicho sustrato. Sobre superficies húmedas deben colocarse en capas múltiples. El alcohol es el solvente más adecuado como vehículo de agentes adhesivos debido a su menor volatilización en comparación con la acetona.

 Respecto al modo de aplicación de los sistemas adhesivos, se aconseja el frotado de la dentina con cepillos de extremo esférico pequeño para facilitar la infiltración. Debe limitarse a la dentina, ya que si se realiza en esmalte, el patrón de grabado acido se dañaría.

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